lunes, 7 de mayo de 2012

Si no cambias el mundo, el mundo te cambiará a ti.


(MERY, una chica de aspecto dulce e infantil, pasea por la calle con SANDY, su mejor amiga, de andares provocadores y vestimenta seductora.)
-MERY: ¡Tía, tenía que contarte mogollón de cosas!
-SANDY: ¿Ah, sí? ¡Pero si nos vimos ayer tía! ¿Qué te ha podido pasar en tan poco tiempo?
-MERY: Ay, pues mira…Es que ayer Tom me dio una sorpresa por nuestro aniversario. ¡Me llevó al cine! A ese nuevo al que vas con el coche.
-SANDY: ¡Pero qué dices! ¡Qué guay tía! Mi Danny siempre me lleva allí. ¡Es tan detallista!
-MERY: Sí, sí, bueno, pues eso. Que me llevó así de sorpresa, super mono tía, y que ya sabes que a mí me gusta un montón, que voy a muerte con él…Pero pasó algo terrible.
-SANDY: Ay, no. No me digas que llovió. Porque una vez que fui con mi Danny, claro, en el descapotable, llovió…Bueno, que él se portó super bien sabes, como un auténtico héroe, me tapó con su chaqueta, y al salir del coche me cogió en brazos para que no me manchara los zapatos…Ay, ¡es que es tan romántico!
-MERY: Que sí, Sandy, que sí, que es maravilloso, como siempre. Pero no, no es que lloviera, fue algo mucho peor: ¡Aparcó en la parte de atrás! ¡En la parte de atrás Sandy!
-SANDY: Bueno…eh… ¿Y qué tiene eso de malo?
-MERY: ¡Sandy por Dios! Aparcó en la parte de atrás para…bueno…para hacer “cosas”.
-SANDY: ¿Cosas? ¿Qué cosas? ¿Fumar? Anda, pues vaya cosa.
-MERY: Que no Sandy, que no… Cosas, de pareja. “Cosas” (Gesticula con los dedos haciendo el típico mete-saca, lo que hace que se sonroje)
-SANDY: ¡Anda pues claro! ¿Para qué te crees que te lleva al cine pava? Danny y yo siempre nos ponemos detrás, ya sabes…Por si la película se pone aburrida jiji. Bueno, y entonces qué... ¿Qué “cosas” hicisteis?
-MERY: ¡Sandy! Pues nada chica, qué vamos a hacer. Le dije que quería ver la película. Qué tensión.
-SANDY: Pero Mery, ¿estás tonta o qué te pasa? Si ya lleváis un año, deberías confiar en el chaval.
-MERY: Que no, que a mi esas cosas me dan mucho apuro. Que yo…Que no quiero que me toque. Es que ya no sólo quiere besitos, lo noto.
-SANDY: ¡Pues claro que no sólo quiere besitos boba! No me puedo creer que todavía no hayáis hecho nada de nada. Yo que pensaba que no me lo contabas por vergüenza. Lo raro es que siga contigo. Danny y yo ya hemos hecho de todo. Sí, es que es todo un hombre…
(Se paran delante de una cafetería, esperando)
-MERY: ¿Tú crees que si no Danny te hubiera dejado? ¿Tú crees que Tom me dejará si no…le doy lo que quiere?
-SANDY: Dalo por hecho Mery. Tú duérmete en los laureles. Aunque bueno, a lo mejor tienes suerte, porque con lo que le cuesta a tu novio decidirse, a lo mejor cuando decida meterte mano tú ya estas preparada. Bueno, y lo que no es la mano también.
-MERY: ¡Sandy! ¡Pero serás bruta!
-SANDY: Chst, calla, que ya llegan.
(Aparecen dos chicos, uno de ellos, DANNY, alto, moreno, sexy, con cazadora de cuero, con la cabeza alta, que nada más llegar agarra a SANDY por el trasero y le planta un beso en los labios. El otro chico, TOM, bajito y delgado, se acerca a MERY y le da un tímido beso en la mejilla. Entran en la cafetería y se sientan. Ojean la carta)
-SANDY: Bueno chicos, ¿qué pedimos?
-MERY: Yo quiero un batidito de fresa, como siempre.
-DANNY: Yo voy a pedirme tres hamburguesas dobles con queso. Y dos jarras de cerveza grandes.
-SANDY: Guau, cariño, te vas a empachar
-DANNY: Yo puedo con todo, nena, ¿acaso lo dudas?
-MERY: Todas esas hamburguesas te van a sentar mal Danny, tienen muchas grasas de esas que te van a poner como un cerdo.
-DANNY: Con todo el deporte que hago lo quemare todo, no te preocupes por mi Mery, sé lo que hago.
-SANDY: Es verdad. Entrena mucho. Por eso es el capitán del equipo de fútbol, ¿no? Bueno, yo me voy a pedir…Una hamburguesa sí, como tú cariño, pero de las pequeñitas. Y tú, Tom, ¿qué quieres tú? Estás muy callado. ¿Es que hay algo que te preocupa? ¿Algo que no te haya salido bien?
-TOM: No, no, que va. Sólo que no sé que pedirme. Estoy entre las tortitas de chocolate o las de vainilla. Bueno aunque el perrito caliente también tiene buena pinta. Bueno no sé, ¿a ti que te parece Mery?
-MERY: Uy cielo, el perrito no hombre, el perrito no, por dios. Mejor las tortitas, así te lo comes con cuchillo y con tenedor, mucho mejor.
-TOM: No sé, que dilema, voy a seguir mirando. ¿Ya habéis elegido todos? Siempre me quedo el último.
-DANNY: Eh, camarera, tráiganos tres hamburguesas dobles con queso, dos jarras de cerveza, una hamburguesa pequeña, un batido de fresa y para mi amigo, lo que recomiendes.
-MERY: Pero Danny, ¿Cómo hablas así a la camarera?
-DANNY: ¿Pues cómo quieres que le hable? ¿Como a una señorita? Tiene que respetarme, que saber que estoy por encima de ella, no me voy a estar con porfavores, encima. A las mujeres hay que dejaros claro que dependéis de nosotros, cuanto antes mejor
-MERY: Sandy, como dejas que tu novio diga algo así, de nosotras, de ti!
-SANDY: Pero si tiene razón Mery. Yo no sé qué haría sin Danny.
-MERY: TOM, ¿tú piensas lo mismo? ¿Piensas lo mismo que Danny?
-TOM: Bueno yo, no sé, no quiero posicionarme, no sabría muy bien qué decir, yo…
-MERY: ¡Pero bueno! ¡Pero menuda panda de cabezas huecas neandertales que sois! El uno, que no tiene sangre en las venas. Por dios, si te decidieras a hacer algo por una vez en la vida a lo mejor lo habríamos hecho y todo, ¡despierta hijo! ¡Un poco de iniciativa! Bueno, y tú, Sandy, más de lo mismo, ¡DESPIERTA! Tu novio no es Dios, es un patanatas que sólo quiere aparentar,  con su descapotable de juguete. ¿Dónde está Sandy, mi mejor amiga, la que antes era capaz de todo? Ya ni te reconozco, todo el día que si Danny esto que si Danny lo otro. ¡No es tan fascinante! Y tú, Danny…No mereces ni que te dirija la palabra. Si tratas tan mal a las mujeres es porque tienes miedo a que te superen. Eres un cobarde. Ala, aquí os quedáis, yo no quiero tener nada que ver con vosotros.
(Se levanta y se va, cerrando de golpe la puerta de la cafetería. La camarera trae lo que habían pedido, todos permanecen en silencio)
Y así, mientras unos sólo se preocupan por aparentar, otros se ponen una venda en los ojos, y otros se pasan la vida intentando decidirse, parece que no son suficientes los que despiertan. Y así, el mundo te cambia, antes de que puedas cambiar el mundo.

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